Reseña: Fedro

Título: Fedro
Autor: Platón
Editorial: Biblioteca Gredos
Páginas: 122
ISBN: 978-84-473-5021-6



La introducción me la dejé a la mitad porque prácticamente me estaba desvelando todo el libro y dije adiós a su excesiva extensión y desarrollo de la obra de la que apenas saqué algo en claro.

Fedro y Sócrates mantienen una conversación acerca de un discurso de Lisias que el primero tiene. Dicho texto trata de a quién debes concederles tus favores si al amado o al que ama y a propósito de estos discuten ambos personajes.

Fedro convence a Sócrates para que dé su opinión y éste empieza hablando de qué es el amor y cómo se puede diferenciar al amante del amigo.

El tema me ha hecho acordarme de las novelas de Jane Austen donde tratan el sentido y el desenfreno, el amor y la inteligencia contraponiéndolas.

Pero a diferencia de éstas, Platón piensa que el amor es un sentimiento que lleva al amante a herir al amado: apartarle de sus relaciones, buscar su negligencia... porque quiere ser él mejor y no le basta ser igual ni mucho menos inferior.

No comparto ésta opinión porque creo que cuando de verdad quieres a alguien siempre buscas enseñarle cosas y que él a su vez te enseñe a ti, compartir experiencias y conocimientos además de muchas otras cosas.

Hay cosas que aunque entiendo que las piense así siguen pareciéndome que se dejas guiar demasiado por la lógica cuando en este tema no se puede dar por sentado nada. Habla de que al amante siempre se le acaba el amor y no es cierto porque yo lo veo día a día en mis abuelos y que se quieren si bien no con pasión con dulzura pero no cambiarían su elección de estar juntos porque no buscaban sólo los favores del otro sino que sentían estima verdadera.

Después de su discurso Sócrates se arrepiente de haber cargado al insensato de tales obras perjuiciosas porque Amor es un dios y nada que venga de los dioses puede ser malo así que justifica al amante diciendo ahora que está loco pero, de la locura nacen las grandes cosas.

No sé, es un libro que no me ha convencido y que creo que es para gente que de verdad le apasione la filosofía y darle vueltas a cómo empezó todo y lo que es correcto y cosas así. No es que a mí no me guste pensar o calentarme la cabeza sino que simplemente pienso de otra manera y creo que el corazón siempre tiene que tener preferencia al cerebro.

A mí me gusta desconectar con los libros, reírme y llorar, morderme las uñas de angustia y nervios. Emociones. Porque para darle vueltas a las cosas ya se las doy a las cotidianas y en mi vida real y muchas veces me quitan el sueño. La filosofía es bonita pero la de cada uno para sí mismo.


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