Título: Madame Bovary
Autor: Gustave Flaubert
Editorial: Planeta
Páginas: 343
ISBN: 978-84-320-3863-6
Madame Bovary narra la oscura tragedia de una mujer infelizmente casada cuyos sueños chocan con la cruel realidad. La soñadora Emma, una joven de provincias casada con Charles Bovary, quien la ama pero es incapaz de comprenderla y satisfacerla, buscará la realización de sus sueños en otros amores, pasionales, platónicos..., pero ninguno de ellos logrará calmar su desesperada ansiedad y sus románticas inquietudes.
Es un libro largo, ¿para qué engañarnos? Lo es.
Quizás yo lo haya encontrado en exceso porque las descripciones del paisaje y el ambiente se hacen extensas y perdía el hilo hasta el punto de no saber qué había leído y tener que releerlo.
La historia cuenta como una mujer en apariencia romántica se queja de la rutina de su vida, tanto antes como después de casarse. Emma es una protagonista inconformista con la que es difícil llegar a sentirse identificada porque está llena de contradicciones, cuando en el fondo tiene un gran afán de lujos y relaciones amorosas como las que lee en sus libros.
En su obra Flaubert representa cada uno de los estratos sociales, desde los más altos hasta los más humildes pasando por los que no se consideran como tal por ser marginados o repudiados.
La obra se divide en 3 partes que nos muestran la sociedad de alto rango de la Francia del XIX.
El narrador realista intenta evitar cualquier tipo de emoción o compasión hacia los personajes: es un narrador objetivo, distante e impersonal. Como por ejemplo, en el entierro de Emma, que se describe con una falta de implicación total. A pesar de dar descripciones detalladas y reproducir la realidad tal y como es, se vale en ocasiones de sutilezas para disfrazar ciertos acontecimientos.
Los espacios conocidos y la ubicación de la historia en el marco actual le dan a la obra verosimilitud frente al escapismo del Romanticismo.
Así, el autor censura las características del Romanticismo pero también las del Realismo, situándose en contra de ambos movimientos. Por ello representa el cambio de mentalidad de final de siglo.
Hizo del Arte y la Literatura su vida ya que la vivió recluido en su finca de Croisset.
La primera versión dice que Flaubert utilizó el caso, conocido aquellos años en Rouen, de Eugène Delamare, un médico rural que después de enviudar se había casado con la hija de unos ricos granjeros, Delphine Couturier, con la que tuvo una hija.
El matrimonio fue motivo de escándalo por las aventuras amorosas y el afán de lujo de la mujer, que acabó suicidándose.
La segunda se inclina por la novela Las memorias de Madame Ludovica, autobiografía de Louise Pradier; casada con un escultor amigo de Flaubert, cuya vida libertina y el acoso de los acreedores la condujeron a intentar quitarse la vida en el Sena. La correlación de ambos casos con la novela, al fin y al cabo, es indiscutible.
Existen dos adaptaciones cinematográficas, la primera de 1949 con Jennifer Jones y la segunda hace un par de años, en 2014, con Mia Wasikowska.
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